Quienes me conocéis sabéis que el arte religioso, sea de la doctrina que sea, no es precisamente una de mis pasiones, pero he de reconocer que desde hace unos años cuando paso delante de algún templo suelo entrar a echar un vistazo, por supuesto, nunca en horas de culto. Me gusta el silencio y la tranquilidad que se respira dentro y cada vez siento más y más curiosidad por descubrir esos pequeños rincones de historia que cada uno alberga.
Descripción de las fotos de arriba:Foto izquierda Torre y puerta de los Novios, foto central puerta de San Juan y foto derecha fachada con la puerta de San Antolín.
Descripción de la foto de abajo:
Puerta del Obispo y exterior del claustro, en la Plaza de la Inmaculada.